Es una afección dermatológica e inflamatoria de la piel que se caracteriza por la aparición en el rostro de pequeñas dilataciones capilares de color rojizo. Estos capilares dilatados, suelen formarse en forma difusa como enrojecimiento o con una estructura, y son conocidos como "telangiectasias", generalmente visibles en mejillas, barbilla y nariz, aunque puede afectar a cualquier parte del rostro, el escote e incluso en las manos. Además del enrojecimiento, la piel a menudo es sensible y tiende a la sequedad.
Si todavía hay un enrojecimiento temporal en la etapa inicial, el enrojecimiento puede persistir por un período más largo debido a una congestión en los capilares. Estos bloqueos a veces conducen a la vasodilatación permanente con más ramas en la red vascular. Esto también puede dar lugar a la formación de nuevos vasos, que se caracterizan por una elasticidad reducida y una mayor permeabilidad.
Un enrojecimiento pronunciado se debe a la fuga de sangre en las estructuras vasculares circundantes. En el caso de las telangiectasias, los vasos arteriales se ven afectados, el tono rojo claro es típico aquí. Si, por otro lado, se ven afectados los vasos venosos, se habla de venectasia, aquí la piel muestra un color azulado. Formas mixtas son posibles.
Con esta afección de la piel, es muy importante fortalecer los vasos de la piel facial. Para esto, se deben usar productos sensibles y bajos en grasa que no contenga alcohol, aceites minerales o siliconas y que proporcionen a la piel una hidratación intensa.
Varias causas de inflamación pueden desencadenar cuperosis. Las disposiciones o trastornos hereditarios en el sistema inmunitario y el flujo sanguíneo pueden desempeñar un papel importante.
Factores externos como el estrés, el alcohol o la fuerte exposición a los rayos UV del sol también pueden conducir al desarrollo de la cuperosis: una buena protección contra los rayos UVA o UVB es esencial para los pacientes.
Además, la hipertensión también puede conducir a la cuperosis y debe tenerse en cuenta con la medicación para que las venas finas no exploten.
Algunos cambios en la vida cotidiana pueden ser de apoyo. Esto afecta principalmente los hábitos alimenticios, pero también las actividades de ocio como tomar el sol. También, es importante utilizar productos de cuidado de la piel de alta tolerancia, poco irritantes y sin ingredientes activos agresivos o sintéticos, porque la piel sensible debe tratarse de manera especialmente suave y delicada.
Además, es aconsejable hacerse revisiones dermatológicas periódicas, ya que son la mejor arma para detectar posibles afecciones de la piel es sus primeros momentos y recibir el consejo de un médico desde el primer instante.