TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE LA DERMATITIS ATOPICA

Todo lo que necesitas saber sobre la dermatitis atópica

Si bien es cierto que el término de dermatitis atópica, más conocido como eccema, nos es muy común, no es menos cierto que con frecuencia se tiende a confundir lo que es realmente. De ahí la importancia de saber definirlo con exactitud. Y es que este problema cutáneo no es otra cosa que una alteración de la piel que suele aparecer en bebés o en niños pequeños y que, en algunos casos, puede prolongarse hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta.

Este problema, y esto es algo que para muchas personas es desconocido, tiene una fuerte componente hereditaria de manera que los descendientes de una persona que sufra dermatitis atópica tiene una gran cantidad de probabilidades de padecerla. Por ello, por ser un problema relativamente común, merece la pena profundizar un poco más en las causas, los síntomas que presenta así como en su tratamiento.

Causas de la dermatitis atópica

En esencia, y con el objetivo de hacer que todo sea muy sencillo, se puede decir que el eccema viene producido por una alteración en la segregación de inmunoglobulina, la cual, al activar los basófilos u los mastocitos, generan importantes cantidades de histamina que es, finalmente, la responsable de este problema.

Todo esto hace que descartemos la creencia de que la dermatitis atópica tenía que ver con algún tipo de alergia ya que, en realidad, como hemos visto, es la predisposición que tiene una persona a segregar más histamina de la normal.

Síntomas de esta alteración en la piel

A pesar de que como suele pasar, cada caso es completamente distinto a otro, hay unos síntomas que podemos considerar como habituales en la gran mayoría de personas que la padecen.

· La piel del paciente suele presentar un aspecto muy seco. Este efecto es conocido como xerosis.

· El picor, también conocido como prurito, es otro de los grandes protagonistas, el cual, en función de la situación, puede llegar a ser muy intenso.

· La inflamación de la piel también se da en la mayoría de los casos. Una inflamación que viene acompañado de un enrojecimiento de la misma.

· Destacar también que es frecuente observar pequeñas erosiones y bultos de los cuales pueden llegar a salir líquido.

En todos estos casos, y aunque veremos los posibles tratamientos con algo más de detalle, hay que evitar, como primera medida preventiva, el rascarse las zonas afectadas. Esta acción, que en muchas ocasiones podemos considerar como un acto reflejo normal del paciente, puede

dar lugar al empeoramiento de la patología ya que esas erosiones de las que hablábamos se pueden llegar a infectar.

Tratamiento de este tipo de dermatitis

Un detalle muy importante que únicamente suelen conocer las personas que padecen este problema, es que la dermatitis atópica no tiene cura. Es por ello por lo que los tratamientos que se aplican están destinados a controlar de la mejor manera posible los brotes que se puedan tener y a hacer que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible. En cuanto al tratamiento paliativo propiamente dicho, tenemos dos vías actualmente.

Aplicación de corticoides

Los corticoides, tanto en crema como en loción, se destapan como una alternativa perfectamente válida para controlar el eccema. Sin embargo, las precauciones que hay que tomar con estos fármacos son muchas ya que pueden tener efectos adversos muy importantes en ciertas personas, en especial con los más pequeños de la casa, sobre todo si no aplicamos la dosis correcta.

Utilización de cremas con gran poder hidratante

No obstante, si acudimos a la raíz del problema, nos encontramos con que la dermatitis atópica causa una fuerte deshidratación de la piel lo que contribuye de manera definitiva al picor y al enrojecimiento. Pues bien, una crema hidratante de calidad, elaborada a base de ingredientes naturales puede ser una buena solución.

Consejos prácticos para poder combatirla

En cualquier caso, toda aquella persona que tenga que convivir con este problema, debería incorporar una serie de pautas a su vida diaria de manera que los perjuicios del eccema le sean más llevaderos.

· Las cremas hidratantes y emolientes tienen que formar parte de su rutina diaria para evitar una excesiva deshidratación.

· La higiene personal es crucial ya que es en este momento cuando se recomienda utilizar jabones con pH especiales, en este caso ácidos, con el objetivo de alcanzar un equilibrio lo más perfecto posible en la piel.

· El secado de la piel es algo vital. Este debe llevarse a cabo de manera suave evitando no frotar en exceso para no agravar las posibles erosiones que se hayan podido producir.

· Hay que evitar en la medida de lo posible algunos alimentos que pueden alterar el equilibrio de nuestra piel como puedan ser los mariscos, algunas frutas como pueda ser el caso de las fresas o incluso los frutos secos.